martes, 28 de junio de 2011

¿Hace un viaje a Marte?

Ahora mismo no me importaría irme una temporadita al planeta rojo. No me importaría nada. Eso sí, me llevaría un ordenador con Internet y mi piano... Desconectar está bien, pero tampoco hay que olvidarse por completo de la Tierra, ¡eh!

La llanura marciana. Roja. Tierra roja. Nadie te molesta... Viento, alguna pequeña roca se mueve. Paisajes nuevos por explorar, cuevas, montañas... Y tu núcleo terrícola con tus accesorios, lo justo para estar conectado con la Tierra y poco más. Los problemas se irían, se iría la posibilidad de hacer tal o de hacer cual porque, simplemente, ya no te es posible hacerlo... Sería más sencillo pero más complicado a la vez. Pero jo, igual a alguna personita me la llevaría, pero no mucha gente... Alguien selecto, algún BUEN amigo mío (por ejemplo, cualquiera de las maravillosas personitas que siguen P-ÊM), juntitos en Marte, explorando nuevos sitios, nuevas cosas... ¡Jo! Es tan guay que, clarísimamente, es imposible.

Pero Marte con solo un par de habitantes tiene que ser mágico, muy mágico. Seguro que te haría comprender más el sentido de la raza humana, del Universo y de lo pequeños que somos ante toda esa inmensidad y evadirte y olvidarte de esos mundanales problemas que, al fin y al cabo, no son más que churrufletas.

Y, aunque ir a Marte físicamente sea imposible, puedo montarme un Marte en mi mente que, seguro, será mucho más mágico que el cuarto planeta del Sistema Solar.

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