jueves, 29 de marzo de 2012

Dime que me vaya y yo me iré.

Magnolia, ¿por qué, magnolia? ¿Por qué no me dejas acariciar tus pétalos? Magnolia, ¿por qué? ¿Qué hice yo para que te cerraras a mis caricias de siempre? Magnolia, mestranzo, margarita... ¿Por qué? Antes mis dedos os surcaban cada día, encontrando en ellos el motivo de ponerse en pie y de avanzar y de sentir y de reír y de querer. Antes tus pétalos me sonreían, me abrazaban también, me decían que no querían que les dejara nunca. Nos conocimos poco apoco, magnolia, mestranzo, margarita... Nos conocimos en el campo, bajo el cielo y la música de miles de pájaros negros y blancos. Sobre el césped verde oscuro y verde claro nos hicimos más que amigos y nos quisimos por igual. Todo era azul, todo era rosa; todo naranja, todo beis. Todo perfecto para mis ojos, para mis dedos y mi corazón. Al abrir mis ojos al nuevo Sol jamás pensaba en otra cosa, nunca imaginé vida sin ti, continuamente en tus pétalos soñaba, con tus tallos y tus hojas, con tu piel. Magnolia, mestranzo, margarita... ¿Por qué te alejas hoy de mí? De pronto un día el cielo se tornó gris y el césped se agostó. No me di cuenta de eso, porque ahí seguíais tú y tu amor. Pero te fuiste quebrando, tus pétalos a mí se fueron cerrando. Magnolia, mestranzo, margarita... ¿Por qué ya no me quieres? ¿Qué hice yo? ¿Qué? Ateclándote, cuidándote y regándote con gotas de mis lágrimas más sinceras. He pasado mi vida amándote como único objetivo de mi tiempo, intentando hacerte un mundo mejor. Quizá te hayas cansado de mí y de mi insistente compañía. Quizá no quieras saber nada más de mí. Me duele ver como te abres ante otros, y les besas con tus pétalos de abril. Me duele ver que con ellos te haces bella, y te marchitas cuando yo voy a ti. Dime que me quieres lejos. Dime que mi amor por ti te asquea. Grítame con tu corola enfurecida que te hartaste de mí ya de una vez... Dime todo lo que quieras decirme, no lo guardes en tu tallo de frágil piel. Dime que me vaya de tu vida. Dime que me vaya y yo me iré. Oh, magnolia, mestranzo, margarita... me iré si te hace feliz. Magnolia, mestranzo, margarita... no eres cualquier flor en mi jardín. Magnolia, mestranzo, margarita... ninguno de a los que hoy quieres te va a querer. Magnolia, mestranzo, margarita... dime que me vaya, dímelo, y yo me iré.

lunes, 19 de marzo de 2012

Día 11 – Una canción de tu grupo favorito.

No creo que nadie tenga dudas sobre de qué grupo es la canción que voy a poner a continuación. Aun así, y aunque sea evidente que mi undécimo día lo va a protagonizar La Oreja de Van Gogh, quiero elegir una canción de este grupo favorito que no sea especialmente conocida. Una canción de esas que aparecen por la mitad de los discos y que nadie (o casi nadie) conoce, salvo aquellos que hemos rayado los discos de tanto escucharlos. Una de esas que están perdidas entre los singles que tanto se escuchan, una de esas que a alguien pueda sorprenderle... Y es que podría elegir muchas de Dile al Sol, el álbum que muestra realmente quiénes son La Oreja de Van Gogh, su fundamento último, su primer espíritu. Tropecientas mil de El viaje de Copperpot, el álbum que, ya he dicho, es mi favorito. Otras tantas de Lo que te conté mientras te hacías la dormida, o de Guapa y Más guapa. Y aun así, algo me lleva a elegir una única canción. Una canción que canta a la vida y a la Magia como ninguna otra, una canción que detesta la guerra y la violencia y que cuestiona cuáles son las prioridades de nuestra sociedad. La canción que nos cuenta la historia de un militar incomprendido, que prefiere los claveles a las balas y que no tiene miedo a llorar. Un loco coronel que jamás entendió para qué servían las guerras... Sinceramente, yo tampoco lo entiendo.


jueves, 8 de marzo de 2012

Día 10 – Una canción que te duerma.

Este décimo día puede tomarse de dos maneras. Una canción que te duerma puede ser una que te guste, que te relaje y te ayude a evadirte del mundo para entrar en el mundo de las ensoñaciones. Una canción que te duerma puede ser, también, una canción realmente horrible y aburrida que lo único que te provoca es un soberano aburrimiento. Y yo, picante de mí, voy a escoger la segunda interpretación posible a esté Día 10.

La canción que me duerme es, sin absolutamente ni un ápice de duda, Pokito a poko, de Chambao. Además de escribirse con k (grafía de la que, estilosa y sinceramente, discrepo) esa canción es la más repetitiva que he escuchado en mucho tiempo. Hace unos años era la canción del anuncio turístico de Andalucía que, concretamente en La 1, repetían en bucle constantemente. Entre eso y que al escuchar la canción entera, su letra varía lo que varía la velocidad en el movimiento rectilíneo uniforme, sinceramente me aburre hasta el punto de dormirme.

En fin, aquí dejo la canción para que si alguien quiere coger el sueño, que lo coja:


sábado, 3 de marzo de 2012

Halffterísimo

Ayer tuve la oportunidad, la grandísima suerte, de poder participar en una entrevista que concedió a mi instituto  el genial compositor Cristóbal Halffter. Y todos salimos de allí sin poder articular palabra. Emocionados. Llenos por dentro. Animados. Como si nuestro yo musical hubiera vuelto a nacer... Y es que realmente lo hizo.

He de reconocer que, al principio, cuando escuché su música, no me gustó. No me resultaba agradable al oído, ahora bien, sí que me transmitía un montón de sensaciones, aunque no las que yo me solía encontrar en la música mal llamada "clásica". Pero eso dio igual. Y ahora, gracias a él, soy muchísimo menos escéptico a la música culta contemporánea.

Durante la entrevista todos disfrutamos de sus palabras, sabias donde las haya. Sara, Alberto, Águeda, Inés, Patricia y Miguel (entre otros) compartieron conmigo ese momento indescriptible con palabras, solo definible con música. Ellos que saben qué es la constancia y el trabajo en la música, el sufrir y el vivir por ella. Cristóbal nos dio lecciones, muchísimas lecciones, desde la experiencia y un inmenso respeto. Lecciones de belleza, la que nos dijo que jamás perdiéramos. Lecciones de sensibilidad, que nos advirtió siempre buscar. Lecciones de vida, una vida como la suya, que llega a una vejez sabia y más que envidiable. Ánimos para continuar con esta arte que es la música, quizá menos valorada que otras. Ánimos para amar la música y no cejar en el intento. Un ejemplo. Un modelo a seguir en absolutamente todos los aspectos. Un buen amigo de sus amigos según nos dio a entender y un profundo amante de su familia. Ojalá llegue a sus años igual que él. Lo admiro; lo admiro incansablemente.

Se me acaban las palabras para describir esta experiencia que viví con este genio de la música y de la composición al lado de, también, amigos de los mejores. Creo que Cristóbal Halffter me enseñó mucho en muy poco tiempo... Supongo que es de esas personas que despiden Magia sin ellas saberlo. Ayer, desde luego, Magia fueron sus palabras.