Sigo aquí, entre colinas y valles de Sicilia. Y, también, no puedo quitarme de la cabeza lo que ocurrió con la gran nave espacial que ya relaté aquí anteriormente, y no sé si quiera qué hace ella porque, pese a que aterrizó en Agrigento, se fue rápidamente de vuelta y no ha vuelto a dar señales de vida. En fin, supongo que cuando empiezas a arreglarte un poco, hay algo que te machaca más. Pero no quiero hablar de eso.
Hoy he hecho algo que, realmente, me ha gustado hacer. Me he regido por la máxima "si no haces algo, te arrepentirás toda tu vida" o "no pierdes nada", y cosas del estilo. No sé si sería ético poner exactamente lo que he hecho aquí, en P-êM, algo que siempre trato de hacer mágico en la medida de lo posible, por eso prefiero omitirlo y ahorrarme meteduras de pata. Pero es algo que me ha hecho tener la adrenalina a flor de piel, algo que me hizo montarme una paja mental impresionante para no llevarme a ningún lado, como siempre..., algo que pese a su casi invalidez, me gustó hacer, y gracias a lo que me sentí un poco más vivo. Soñé cosas bonitas con ello y me gustaron, pero eran demasiado bonitas como para poder llegar a ser realidad (al menos llegar a ser realidad para mí, Johann, un ser totalmente amargo en cuanto a los temas con los que, en mayor o menor medida, tenía que ver este asunto que me he traído entre manos). Y aunque la vida está llena de triunfadores, gente que ha tenido catorce mil personas a sus pies, que ha hecho prácticamente de todo a cierta edad y que es, a todas luces, mucho más experta que yo; hoy me he sentido un poquitito el centro de una vida más que la mía propia. Y, por supuesto, no ha sido así ni de lejos, pero ahí se queda lo sentido, guardadito dentro de mí; aunque también se queda la certeza de saber que lo sentido no se asimila a lo real.
Y hay gente que se empeña en decir que lo hace casi todo bien. Y hay gente que se empeña en decir que no se dan cuenta cuando lo hacen mal. Y hay gente que se empeña en no reconocer los errores que llevan a un punto determinado. Bien. Yo hoy reconozco que he hecho algo insensato, irracional y pasionario. Puede que haya sido un error, tampoco sabré nunca si ha sido un acierto. Pero me ha gustado la experiencia; supongo que eso es lo que cuenta.
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