...Pero la nostalgia me atrapa al pensar que este es el penúltimo Carnaval en el que estemos todos juntos. Y no me refiero a que, en 2014, no vayamos a reunirnos todos y hacer un fiesta en Carnaval (que, sinceramente, lo veo muy complicado) sino que ya no compartiremos el día a día con las personas que nos han visto crecer y que han participado bastante más que cualquier otra gente, en nuestra formación como personas. Uno más y se acabó. Como tantas otras fiestas que, en 2014, tendremos que aprender a vivir separados y no juntos del todo. Y, como tantas veces he dicho, no sé si me quedaré aquí o me iré fuera pero aun así da igual; muchos se van y pocos se quedan. Viviría igual esta soledad parcial en la urbe de la legión romana que en cualquier otra. Porque me faltará alguna pieza en la vida cotidiana. Y sé que lo voy a pasar mal...
...Por eso pido al destino, tan sabio, que me regale momentos extraordinarios en lo que nos queda de preuniversitarios. Que me regale vivencias más que bonitas al lado de personas a las que rompo a llorar con la idea de perder. No pido dinero, ni amor, ni esas fantochadas con las que muchas veces nos obsesionamos y traen desgracias. No. Solo pido tardes, noches, fiestas, sensaciones, risas, emociones... Con ellos, los que lo saben todo...
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