sábado, 11 de febrero de 2012

Hostil zalamería.

¿Es realmente lo que piensas? ¿Qué reflejan de ti los sueños exactamente? ¿Por qué cuando estás en tu cama, todo oscuro, tu vida parece mucho peor que cuando el Sol enjoya el cielo con sus llamas?...

Dicen que del amor al odio hay un paso, así que no queramos imaginar lo que hay entre dos sentimientos mucho más próximos que el amor y el odio: prácticamente ni micrómetros. No hay más que fijarse en uno mismo y ver cómo hace aquello que hace. Cómo mira a las personas, las que ama o las que odia, cómo las trata o sus prioridades personales. No es nada difícil adivinar a quién le gusta quién o quién odia a quién y, sin embargo, a todos nos gusta creer que somos inescrutables y que nadie puede leer en nuestras caras a menos que nosotros se lo digamos explícitamente... Y eso dista mucho de la realidad. Si más de una vez nos sorprendemos a nosotros mismos imaginándonos un futuro que, de sobra, sabemos irreal, cómo no vamos a ser sorprendidos por el resto y, más aun, por los amigos más cercanos. Aun así yo sí que parezco ser indescifrable, y no es agradable serlo. Como todo tiene ventajas, pero también acarrea una larga lista de inconvenientes. Supongo que quizá ande equivocado, no tanto como antes cuando pensaba al contrario, pero no existe una Verdad Absoluta ni un Único Pensamiento. Honestamente, creo que uno se sorprende a sí mismo encontrando la persona a la que más quiere en este mundo cuando eres cien por cien altruista con ella. El altruismo, ese sentimiento que de pequeño encontraba tan ilógico, que es preocuparse antes de los demás que de ti mismo, ahora lo encuentro el más bonito de todos, aunque también el más dañino y doloroso. Sabemos a la persona a quien queremos realmente cuando hacemos todo lo posible por que sea feliz, y no porque sea feliz con nosotros o a nuestro lado (más bien todo lo contrario). Cuando, sin darnos cuenta, anteponemos sus prioridades a las nuestras y hacemos que nuestro mundo gire en torno a su alrededor sin que ella se de cuenta. Cuando no es un beso suyo, una relación, lo que más nos importa tener, sino la certeza de que es feliz. Cuando todos y cada uno de nuestros días pensamos en su cara, sus momentos con nosotros. Cuando nos vamos a la cama preguntándonos por qué no seremos nosotros los primeros, aunque luego, al despertarnos, comprendamos que debe ser así para que ella esté totalmente contenta. Cuando soñamos cosas tan fuertes a su lado, y cuando nunca deja de aparecer en nuestros sueños. Cuando lloramos porque tiene un problema incontable, cuando lloramos ante la idea de alejarnos de su vida, cuando lloramos porque se siente triste. Cuando es ella antes que nosotros.

¿Es amar? ¿Es querer?... ¿Y por qué? No creo que ninguna de las dos palabras se ajuste a esto. No hay besos, ni abrazos, ni caricias, no tiene por qué haberlos. No es amor, es una filantropía específica quizá. Puedes, si quieres, decir que es un amor tan infinito que sale de la Tierra y de los límites del espacio para envolverlo todo. Da igual lo que sea. Porque creo que es tan inmenso como eso, pero a la vez tan diminuto como un grano de trigo. No hay razón por que ponerle un nombre a todo... Aunque, para mí, la palabra que mejor definiría esto sería, simple y llanamente, Magia.

1 comentario:

  1. He escrito sobre este rema bastante en mi blog y me queda por escribir, y he de decir que te has lucido again. Como siempre.
    Sabes que nos tienes a I,P,S,A,yo contigo, porque somos tus amigos, y aunque algunos de los mencionados no sepan lo que ocurre en realidad cuando te ven mal intentan sacarte una sonrisa.
    Es muy agotador ver todo de la peor manera, pero vamos a intentar sacar las cosas positivas y creer que las cosas son posibles.

    MMM

    ResponderEliminar